Villalba y el casco antiguo señorial están llenos de rincones y lugares que vale la pena conocer y que poseen una personalidad histórica propia. Las parroquias demuestran la huella castrexa, civilizaciones antiguas y el paso de la migración en magníficas escuelas habaneras; encontrarás ambientes naturales únicos pegados al paisaje de agua que domina toda la llanura. Los productos típicos de Villalba son auténticas joyas de la gastronomía como el capón y queso San Simón da Costa.
La villa está dominada por el Torreón de los Condes de Andrade, título históricamente ligado al Condado de Lemos y actualmente Parador Nacional de Villalba. La villa tiene la originalidad de poseer un árbol con nombre propio, la Pravia, que es un arce blanco situado cerca del Parador.
Las primeras referencias a la villa actual datan del siglo VI. Se alude a la villa de Santa María de Montenegro bajo la protección de la familia del mismo nombre. En el siglo VIII sufrió un incendio que la destruyó completamente. Posteriormente en el siglo XII aparece referida con el nombre de Vilarente. En el siglo XV durante la revolución irmandiña se destruyó el castillo de Villalba. La Ruta de la Costa del Camino de Santiago entra en el ayuntamiento villalbés desde Abadín y pasa por el puente viejo de Martiñán, Goiriz y sale del concejo en dirección Baamonde por San Juan de Alba, Santa María Da Torre, Pedrouzos y de ahí a Guitiriz.
Esta villa ha dado una gran cantidad de personajes ilustres, entre ellos destacamos a nuestro Cardenal Antonio Mª Rouco Varela y a su sobrino D. Alfonso Carrasco Rouco, obispo de Lugo. Es un momento oportuno para acordarnos de tantos de nuestros pastores que guían la Iglesia, para que el Señor les conceda discernimiento y sabiduría y un corazón de Pastor.
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