SANTIAGO DE COMPOSTELA


¡¡¡¡Por fin!!!! Y aunque cansados hemos llegado a nuestro destino: Santiago de Compostela. Bienvenidos a todos a esta Ciudad Santa.

Según una tradición medieval, tras Pentecostés (hacia 33 d.C.), cuando los apóstoles son enviados a la predicación, Santiago habría cruzado el mar Mediterráneo y desembarcado para predicar el Evangelio en la Hispania (actuales España y Portugal). Según unos relatos, su predicación habría comenzado en la Gallaecia, a la que habría llegado tras pasar las Columnas de Hércules, bordeando la Bética y la deshabitada costa de Portugal; otras tradiciones afirman su llegada a Tarraco y su viaje por el valle del Ebro, hasta entroncar con la vía romana que recorría las estribaciones de la Cordillera Cantábrica y terminaba en la actual La Coruña. Una tercera versión postula su llegada a Carthago Nova(actual Cartagena, por el barrio de Santa Lucía), de donde partiría hacia el norte. Esta tradición hace de Santiago el santo patrón protector de España.

De acuerdo a la tradición cristiana, hacia el año 40 la Virgen María se apareció a Santiago el Mayor en Caesaraugusta, para fortalecer su fe. María llegó a Zaragoza «en carne mortal» —mucho antes de su asunción— y como testimonio de su visita habría dejado una columna de jaspe conocida popularmente como «el Pilar». Se cuenta que Santiago y los siete primeros convertidos de la ciudad edificaron una primitiva capilla de adobe en la vera del Ebro.

La historia de Santiago de Compostela se remonta a la prehistoria, la cultura castreña, la llegada de los romanos y, como punto de inflexión, el encuentro del supuesto enterramiento del Apóstol Santiago. A partir de ese momento la ciudad se conformará en torno a la Catedral; el Camino de Santiago marcó desde entonces el devenir de la ciudad.

Destaca por ser un importante núcleo de peregrinación cristiana, junto con Jerusalén y Roma, al señalar la tradición de que allí se dio sepultura al Apóstol Santiago el Mayor. De especial importancia artística es su Catedral dedicada precisamente al Apóstol Santiago el Mayor. Es también relevante su Universidad, de más de 500 años de historia, la cual concede a la ciudad un agradable ambiente estudiantil, con 30.000 alumnos matriculados cada curso.

Los orígenes del culto a Santiago en Galicia permanecen en la oscuridad de los tiempos. A finales del siglo VIII se difunde en el noroeste de la Península Ibérica la noticia de que Santiago el Mayor había sido enterrado en estas tierras, tras evangelizarlas. Así ocho siglos después de su muerte en el año 813, un ermitaño llamado Pelayo dijo que vio una estrella posada en el bosque Libredón. Se lo comunicó al obispo Teodomiro, obispo de Iria Flavia. Fueron allí y descubrieron en la espesura la antigua capilla, donde había un cementerio de la época romana. El descubrimiento propició que Alfonso II hiciera un peregrinaje —anunciado en el interior de su reino y en el exterior— a un nuevo lugar de peregrinación de la cristiandad en un momento en que la importancia de Roma había decaído y Jerusalén no era accesible al estar en poder de los musulmanes.

Aproximadamente desde el año 921, con el hallazgo de las reliquias del Apóstol y con el beneplácito de Carlomagno, que quería defender sus fronteras de invasiones árabes, Compostela se convertirá progresivamente en un centro de peregrinaje. Y recibirá su impulso definitivo durante la primera mitad del siglo XI. Muy pronto, la noticia se extiende por toda la Europa cristiana y los peregrinos comienzan a arribar al venerable lugar del sepulcro, el denominado Campus Stellae, que devendrá en el famoso vocablo Compostela.

Se convirtió en patrón de España en el siglo XVII, siendo capaz de atraer desde hace más de dos milenios hacia una punta occidental de Europa a millares de peregrinos de todo el mundo por los caminos de la fe, la devoción, la curiosidad, la cultura, la búsqueda personal o cualquier otra razón.

El Camino genera nuevos santos y milagros. Un ejemplo es Santo Domingo de la Calzada, que dedicó su vida a servir a los peregrinos.

El privilegio concedido, y confirmado por Alejandro III, consiste en que el año en que el 25 de julio, fiesta de Santiago el Mayor, cae en domingo se podrán ganar en la Iglesia de Compostela las mismas gracias que se ganan en Roma los años jubilares, que allí suelen coincidir cada 25 años.

¡Y cómo no! Recibimos la Compostela que es un certificado expedido por las autoridades eclesiásticas y dado a los peregrinos cuando acaban su recorrido. Para ganarla se necesita haber recorrido como mínimo los últimos 100 kilómetros a pie. Nosotros hemos hecho mucho más así que la recibiremos con alegría.
Te damos gracias Señor por permitirnos aprender tanto en este Camino, por todos los beneficios que nos has dado y por poder estrechar entre los brazos al apóstol. Te pedimos que por intercesión de Santiago de Compostela nos concedas la gracia de vivir sólo para ti, buscando lo que más te agrada y llevemos como Santiago el evangelio a todas las partes de mundo.



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